domingo, 23 de noviembre de 2014

Villa y sus circunstancias.

El tema de José Ángel Fernández Villa, como era de suponer sigue presente en nuestro día a día. Primero por el tesón y la constancia de la oposición por mantenerlo vivo y después por peso especifico que Villa a tenido en la vida política del Principado. A la hora de escribir este comentario lo ultimo es un acto vandálico ocurrido en una sala de exposiciones de Gijón donde un chico dañó el lienzo "Barricada minera", de José Antonio Argüelles Nieto, propiciando un puñetazo a la representación del ex-líder. Los seguidores de Villa, algunos le quedarán, no tienen que extrañarse de las reacciones que estamos viendo, y menos de las que han tomado tanto el PSOE, como el SOMA, pues las toman gente que a progresado en ambas organizaciones a la sombra de Villa y que siguen aplicando la formula del ex-líder. De estar el  al mando actuaria exactamente como han actuado los actuales máximos dirigentes.
También me gustaría aclarar que el hablar mal de Villa no tiene necesariamente que suponer el olvido del historial del que habla, lo que se supone que ha hecho Villa no sirve para justificar otras actitudes políticas de dudosa honestidad.
Quisiera aprovechar este asunto para dudar de la eficacia de las comisiones parlamentarias, tal como las conocemos. No sirven absolutamente para nada si no es para dar algún minuto de gloria a cuatro diputados de grupos minoritarios que aprovechan la ocasión para hacerse notar. Para que puede servir la comisión parlamentaria sobre este caso cuando ya se le ha retirado la representación que le quedaba, en Hunosa. La que tiene que saber de este caso y de todos los parecidos es la justicia. Todo lo demás es un paripé y un lavado de cara.
Se vuelve ha hablar de "ejemplaridad" y me alegro, este concepto esencial en mi concepto de la izquierda, hace tiempo que no se practicaba en las organizaciones políticas. Ejemplaridad en el comportamiento individual de todos y cada uno de los miembros de la organización. Ejemplaridad de toda la organización hacia fuera y ejemplaridad de los responsables hacia dentro.Los casos de corrupción hacen tanto daño en el interior del partido como en el exterior (simpatizantes y sobre todo votantes). Por mucho que el peso de la justicia caiga sobre un socialista y lo condene nunca se nos devolverá el daño político causado. Nuestro más preciado patrimonio es la honestidad, no dejemos que dilapidan nuestra herencia.  

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