miércoles, 5 de noviembre de 2014

Primarias: algunas conclusiones.

El PSOE ha vivido, hace unas semanas una experiencia nueva con la designación de candidatos a encabezar las listas electorales socialistas a los ayuntamientos de más de 20.000 habitantes y a algunas comunidades autonómicas. Después de esta reciente experiencia creo que es necesario reflexionar sobre lo succedido y sacar algunas conclusiones. Una organización política consecuente tiene que estar dispuesta a responder a los retos que se le presentan y sobre todo a los que le pide explicitamente la sociedad, donde actúa. Parafraseando a Mao la relación de un partido político con la sociedad que quiere representar tiene que ser como la relación que existe entre un pez y el agua en la que vive.
La primera reflexión tiene que ver con la altisima participación alcanzada lo que a demás de ser un éxito viene a contradecir el mantra de que la gente pasa de la política. La gente pasa de cualquier actividad donde no le dejan "pito que tocar". La gente pasa de la política de los políticos profesionales, del politiqueo y del "circo" que montan los políticos y los medio de comunicación. Cansados de la política "reality", del espectáculo de títeres, donde no se sabe quien mueve los hilos de las marionetas.
La gente quiere ser el actor principal de su futuro y poder influir de forma continua en las decisiones que sus representantes. Participar y tener poder de decisión, eso es lo que quiere la gente.
La segunda lección que han dado las primarias socialistas es que las buenas intenciones en política tienen que estar respaldadas por reglas claras, si se quiere que tengan alguna posibilidad de cumplirse. Hemos visto municipios donde no se pudieron llevar a cabo primarias porque uno de los aspirantes ha concentrado más del 50% de los avales posibles. Esto es algo que se tiene que estudiar mejor y regularlo de tal forma que no se pueda repetir. Me dirán que si esta avalado por más del 50% del censo la cosa esta meridianamente clara. No es así, el aval no es secreto y el voto si. No es lo mismo no votar a algún candidato, metiendo otra papeleta en un sobre que decirle a la cara a un candidato que no lo quieres avalar. El PSOE, no es un partido americano, tiene una cierta estructura y esa estructura es por naturaleza conservadora y reacia a los cambios, sobre todo si esos cambios pueden suponer perdida de influencia.
El tema de los avales tiene que ser resuelto de la mejor manera posible que para mí es suprimiéndolos. Dejemos que se presenten todos los que quieran y que los dos más votados se disputen la cabecera de la lista, en una segunda vuelta. El tema de los avales es tan vidrioso que siempre sera una tentación a la manipulación.
Este paso de suprimir los avales es algo que el PSOE tendrá que dar más pronto que tarde, como tendrá que abrir sus primarias municipales a los simpatizantes. Es lógico que los votantes que no son militantes participen  en la toma de decisiones que les pueden afectar directamente. Se tendría que estudiar el tema y establecerlo de la forma más adecuada posible poniendo en pie de igualdad a los votantes y a los militantes.
Los cambios que la sociedad demanda a un partido como el PSOE no son cambios cosméticos, como el cambio de nombre, que no descarta el primer ministro francés. Son cambios de maneras de ser y hacer política. Recuperar el crédito eso es el reto.

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