En Cataluña la salida es responsabilidad de todos, es decir de los allí y de los de aquí. En términos institucionales la solución es responsabilidad del Gobierno catalán y del Gobierno central. El fracaso también tiene padre y madre, es más sera un fracaso colectivo de todos nosotros y con consecuencias internacionales difícilmente cuantificables, en estos momentos.
La Ley es la base de la democracia y tiene que ser siempre respectada, los cargos institucionales juran o prometen cumplir y hacer cumplir la Ley. Pero la Ley no puede ser inamovible, puede y debe ser cambiada cuando ya no cumple su función reguladora de la realidad vigente. Si puede, Mas tiene que dejar claro que su gobierno va a cumplir solo y nada más que la Ley, preciso lo de si puede porqué lo primero que tendría que clarificar es quien gobierna, actualmente en Cataluña, ¿él?, ¿el Gobierno de la Generalidad?, ¿la Asamblea Nacional de Cataluña? o ¿ERC y las CUP? Mas tiene que dejarse de estirar la cuerda con juegos de trileros y sobre todo tiene que asumir su error, cuanto antes lo haga primero se podrá pasar a buscar soluciones legales al tema Catalan.
Por su lado el Gobierno central de España, tiene que ante todo evitar todas las provocaciones que vendrán desde sectores de la sociedad catalana y desde sectores de la sociedad española. El Presidente del Gobierno también tiene que plantearse romper su inmovilismo proverbial para abrir cauces de negociación política con una amplia participación del todos los partidos del arco político y que recoja el sentir de la gran mayoría de la población tanto de Cataluña como del resto de España.
No olvidemos que Europa nos mira pues igual que paso en Escocia aqui también se juega mucho más de lo que puede parecer.
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