miércoles, 27 de agosto de 2014

Un apasionante curso político a la vista.

Apasionante es el mejor calificativo que le podemos poner al curso político, que se inicia la próxima semana. Apasionante no solo por las citas electorales autonómicas y locales de mayo 2015, sino también por el numero de novedades que nos puede deparar. Lo que esta claro es que el mapa político institucional que resultará tendrá poco que ver con el actual y puede ser el anuncio de un cambio más profundo como resultado de las generales, previstas en un principio para el 20 de diciembre de 2015.
2014 se inició con una visión interesada de lo que nos podía acontecer, esta visión se derrumbo tras las elecciones europeas. Estas elecciones son analizadas (quizás apresuradamente) como el punto de inflexión y el fin del bipartidismo. El 2015 demostrará si esa versión cuaja o no.
El momento político que estamos viviendo me recuerda, en cierta medida los años de la transición tan denostada últimamente. La sensación de que el cambio es inevitable y que es demandado por la inmensa mayoría de la población sin  distinciones. Pero seamos claros, una vez más la inmensa mayoría de los españoles quieren cambio no ruptura y piden cambio general de actitudes y de forma de actuar de todos los políticos, no solo de los de los dos grandes. De hecho si la marea del resultado electoral de las europeas a afectado, en un primer momento a los grandes y muy especialmente al PSOE, donde tuvo consecuencias visibles y palpables el reflujo a hecho visibles los daños estructurales padecidos por los otros partidos, desde IU a UPyD y los nacionalistas. Incluso Podemos, el catalizador que permitió la visualización del "cabreo", esta comprobando lo difícil que lo va a tener para cumplir el listón que la gente ha puesto muy arriba.
No nos equivoquemos, el cambio de los partidos tradicionales, por otros de nuevo cuño no es la solución. Italia a tirado por la borda a los partidos históricos después del  escándalo de "Tangentopoli" y a dado paso a gente como Berlusconi , Fini  o Bossi y a la peor etapa de la vida política italiana  desde la segunda guerra mundial.
Por otro lado el curso político  también tiene un enorme interés por comprobar como se sale, de la mejor manera posible de la situación catalana y también como el Rey intenta que la Institución también cumpla con las nuevas demandas de transparencia que exige nuestra sociedad. Desgraciadamente las perspectivas económicas para nuestro país no pueden ser calificadas de "apasionantes"  aún nos quedan años de resistencia y de una situación de inseguridad laboral y social.

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