Dejemos a los niños en paz.

En la Comarca de Avilés venimos conviviendo desde hace un tiempo con una polémica absurda por inexistente. Polémica utilizada como serpiente de verano por la prensa para sortear  la escasez propia de la época y como forma de sacar los pies del cesto y darse a conocer para los recién llegados a esto de lo publico. Como toda falsa polémica esta está originada por una mala explicación de los que transmitieron la información o de una mala interpretación del que la recibió.
El caso es que el Ayuntamiento de Corvera, siguiendo los informes técnicos de sus servicios sociales ha decidido no abrir los comedores escolares en verano para asegurar que todos los niños coman de manera adecuada por lo menos dos o tres veces al día. Uno de los argumentos dados por los técnicos es que no se debe estigmatizar a los menores. Dicho así la medida puede parecer polémica y discutible. Quiero reconocer que en un principio yo fui de los que se echaron las manos a la cabeza y no compartía la decisión. Pero es que la cosa no es así. los servicios sociales del Ayuntamiento de Corvera no niegan la necesidad de dar esas dos o tres comidas equilibradas al día, de hecho lo vienen haciendo desde hace años, no solo ahora que muchos se suben a la ola de la ayuda humanitaria. Lo hacen sin necesidad de abrir los comedores escolares en verano. Desde hace años en Corvera se organizan unos campamentos urbanos, donde las familias dejan a sus niños cuando no pueden cuidarlos las 24 horas del día. Estos campamentos son de pago. Lo que hace el Ayuntamiento es cubrir el gasto de los niños con problemas alimenticios ( no es un eufemismo  pues también hay niños que cuyo problema no es la carencia de alimentación, sino una alimentación desequilibrada o incluso un exceso de peso).
Los servicios sociales son, sin lugar a duda un elemento esencial a proteger de lo que queda de nuestro estado de bienestar. Es un campo donde el trato a los usuarios tiene que ser como mínimo exquisito y sumamente respetuoso y sobre todo garantiste para con sus derechos. Los servicios sociales tienen que ser asumidos y garantizados  por la administración publica, dejando a las organizaciones privadas solo los casos excepcionales, donde especiales circunstancias las hace más efectivas.
La posible estigmatización de los usuarios de los servicios sociales es un peligro que se debe evitar , en todos casos pero muy especialmente tratándose de menores. Por otro lado la situación económica  es lo suficientemente grave y no necesita que se dramatice más en interés propio.