El pasado 30 de mayo escribía un tuit que decia:
¿Esta dispuesta Susana Díaz a competir en unas primarias, con un militante un voto? Bienvenida.
— Manuel Colero (@mjcolero) Mayo 30, 2014
Sabia que la pregunta era complicada y sobre todo tenia trampa. Susana y sus asesores han tomado la única respuesta acertada y también han justificado su decisión con acierto. La victoria de Susana Díiaz crearía una situación inédita en el PSOE, la Presidenta de una comunidad autónoma dirigiría al segundo partido más importante, acumulando poder y cargos en sus manos. La pregunta de saber desde donde ejercería ese poder no es importante en estos tiempos a pesar de ser lo primero resaltado por las prensa. Los tiempos no están para experimentos ni para apuestas arriesgadas. La presentación de Susana Díaz como candidata del aparato y el cambio del tema del limite de avales fue visto por la militancia como una jugada a la desesperada del aparato para salvar lo más posible de su poder. La experiencia de la llegada de Susana Díaz a la cumbre del partido y del gobierno de Andalucia sin pasar por las urnas también jugaban en su contra y para terminar las noticias de los movimientos de los ex-presidentes del gobierno no ayudaron en absoluto. La mayoria de la militancia esta convencida que si el PSOE está como está es principalmente culpa de Zapatero y todo lo que huela a ZP se mira con recelo. Los andaluces son sin lugar a duda los primeros favorecidos por esta decisión de su Presidenta, y eso es una prueba de responsabilidad y de compromiso con su gente.
Susana Díaz corría el riesgo real de no ganar las primarias, lo que la habría puesto en una posición harto complicada y habría afectado a su trabajo en Andalucia y a su futuro nacional. Personalmente creo que Susana Díaz tiene mucho futuro y si sigue su propio camino la veremos a nivel nacional sin mucho tardar.
El PSOE va a elegir a su máximo responsable, por primera vez en sus 135 años de existencia mediante la participación individual de todos sus militantes abriendo una nueva etapa en la vida no solo del partido socialista sino de todos los partidos. Este paso viene, seguramente facilitado por la precaria situación en la que se encuentran los socialistas españoles y por la necesidad de introducir cambios no solo en las políticas sino también en la organización y en los modos de actuación. Esperemos que los militantes aprovechen la ocasión para reponer lo que muchos dirigentes y cargos públicos han enterrado.
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