jueves, 27 de febrero de 2014

ETA y el teatro de lo absurdo.

Soy de los que cree que cuanto menos se hable de la banda terrorista mejor, ahora y cuando a sus anchas en nuestra democracia. ¿Por qué? Simplemente porque ETA necesita, en cada momento que se hable de ella para conseguir sus objetivos. La "publicidad" de lo que hace o deja de hacer es la única bombona de oxigeno que le cada a la banda para respirar. Hubo épocas donde los terroristas tuvieron más de una botella de oxigeno, pero como el tiempo pone a cada uno en su sitio, hoy día solo les queda "dar que hablar" para prolongar su agonía. Tenemos que poner los medios para que ese transito sea lo más rápido posible y no precisamente para evitar dolor a los que han basado su estrategia en la universalización del dolor. No se trata de eutanasia se trata de poner los medios para que ETA, como organización, se suicide. Y tenemos que facilitar esos medios más que nada por egoísmo,; para poder enterrar una de las épocas de nuestra historia más negra. Tenemos que tener la grandeza de mira del ganador.
Para conseguir este transito estaban, en nuestro país los "verificadores" internacionales que se han visto atrapados en una encerrona trágico-delirante de la banda asesina. Teatro de lo absurdo es lo que ha escenificado ETA y una vez más parte de nuestra sociedad ha picado. Lo curioso (de gracioso no tiene nada) de este asunto es que los primeros en caer en la encerrona fue una asociación de victimas del terrorismo, seguidos de la fiscalía de la Audiencia Nacional que han ampliado el eco de la macabra farsa montada por ETA en un sótano de Toulouse. Es de esperar que la desilusión creada en Euskadi por la farsa de la supuesta puesta fuera de circulación de 4 pistolas u fusil y poco más, pueda servir de contrapeso al oxigeno que ETA ha sacado de esta comedia.
En cuanto a los mediadores internacionales decir que lo que más me molesta no es que sean internacionales sino que no hayan podido ser españoles. Me gustaría terminar dando todo mi apoyo al Lehendakari  por presencia en Madrid.

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