Los Premios Principe de Asturias.

Como todo lo establecido, la Fundación Principe de Asturias haría bien en someter a examen critico su función y su actividad. El examen tendría que ser auto exigente y perseguir la adaptación de su "modus operandi" a la sociedad actual. Nada ni nadie puede ni debe ser ajeno a la crisis económica y política que atraviesa nuestro país. Menos que nadie una fundación que mantiene una relación tan estrecha con la primera  
institución política de nuestro Estado.
La fundación tiene que de alguna manera hacerse copartícipe de la situación de precariedad social que padecemos todos. Lo aceptemos o no, nuestro mundo ha cambiado y la situación vital de muchísima gente no esta para actos de otros tiempos, ni para alfombra azul.
Aprovecho que la próxima semana se falla el premio de Cooperación Internacional  para pedir que la fundación perciba que esta autonomía, históricamente solidaria vería con  profunda satisfacción y respecto un gesto de fraternidad con todos los afectados por la crisis.