martes, 22 de enero de 2013

¡Basta ya!

Decia Voltaire: "Quienes creen que el dinero lo hace todo, terminan haciendo todo por dinero." Desgraciadamente la codicia sigue siendo uno de los peores problemas de nuestro tiempo. El problema no es el dinero es el poder que otorga a sus poseedores. Ese poder es el que cada vez más gente persigue sin pararse en los medios. El fin lo justifica todo. Y no solo pienso en los políticos, diana de todas las acusaciones. El político corrupto necesita de alguien que esté dispuesto a participar de la corruptela. También tenemos deportistas corruptos, periodistas corruptos, empresarios corruptos, jueces corruptos, policías,  guardias civiles, funcionarios, curas y así hasta los duques y demás fauna ibérica. Si estos es grave, lo demoledor es cuando son las instituciones las que son corruptas, cuando una institución funciona de manera corrupta con doble contabilidad, con métodos mafiosos y considerándose por encima del bien y del mal. Estamos en ese camino y si no reaccionamos urgentemente la corrupción se extenderá como mancha de aceite y pringara todo nuestro sistema político, económico y social. No podemos permitirlo de ninguna manera, o la gente con toda legitimidad nos lo demandará.

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