sábado, 18 de agosto de 2012

La normalidad por norma.

Leo en "Le Monde" y me recuerda esto, de "El País". Parafraseando a Onaindia creo que para un político: "ser normal es muy "cansao". Los franceses están descubriendo el concepto de "presidente normal" y como todo lo que descubren lo están analizando y sacando conclusiones poco normales. Yo creo que están equivocados sobre el concepto de normalidad que emplean y lo entiendo; después de Sarko parece normal hasta ET. Este "nuevo concepto" que también defiende Patxi López tiene un cierto tufo a "talante" y como este no suele resistir el paso del tiempo.
La idea viene, como tantas otras de las sociedades nórdicas donde los políticos viven, desde hace mucho tiempo, mucho más en contacto directo con sus administrados.  Olof Palme fue asesinado en Estocolmo, en plena calle mientras paseaba (venia del cine con su mujer) sin guardaespaldas. Esto sucedió en febrero de 1986 y supuso un trauma para las los países ,del norte de Europa.
Un Jefe de Estado o un Primer Ministro no puede llevar una vida "normal" por múltiples razones siendo la más importante que su estatus no es el mismo que el del resto de sus conciudadanos. Esto en nada justifica los excesos ni la corrupción. Pero nadie puede hablar de normalidad cuando alguien es el máximo representante de un país.
Defender lo contrario es querer engañarse o hacer trampa al solitario.

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