sábado, 25 de agosto de 2012

El color del dinero.

Siempre he sido reacio a hablar de dinero. Me crié en Bélgica, una sociedad muy influenciada por el calvinismo y la reforma, donde el trabajo era considerado el medio para mejorar la sociedad. Es curioso y parece que hasta contradictorio que el calvinismo y el protestantismo sean la cuna del capitalismo. En los países del sur católicos, se comentan con más normalidad, los asuntos de dinero.
El Ayuntamiento de Castrillón ha sido noticia, estos últimos días por una convocatoria de sesión plenaria que la oposición reclama y que el gobierno rechaza alegando la falta de asuntos de importancia para completar el orden del día. La alcaldesa refuerza su argumentación subrayando el ahorro que la no celebración de la sesión supone para las arcas municipales, 6.000 euros. La oposición, sin la más mínima espera  ha propuesto que si de ahorro se trata que están dispuestos a renunciar a sus dietas y que la Alcaldesa tendría que renunciar a su mensualidad. En tiempos de crisis económica es muy fácil hacer demagogia con este tipo de temas y dejarse llevar por el camino del populismo y del aplauso fácil.
No parece que la participación democrática de los electos, en los órganos de decisión municipal sea el mejor lugar para supuestamente reducir gastos, tampoco parece que el "salario" acordado para la regidora pueda ser un arma arrojadiza a utilizar de forma recurrente a cada paso. Estoy seguro que el pleno municipal a aprobado gastos mucho más superfluos que los 6.000 € que cuesta un pleno. No solo eso no me causaría ninguna sorpresa que de aquí a finales de ejercicio, se aprueben otros gastos bastante más discutibles que ese. Por otro lado los emolumentos de la alcaldesa no pueden ser la espada de Damoclés que cuelgue encima de su cabeza.
Nuestros políticos, sean del partido que sean, tienen que ser conscientes que las cosas están cambiando, que la gente esta pasando una situación muy difícil y que queremos, en nuestras instituciones gente que resuelva los problemas de los ciudadanos. Han dejado de interesarnos sus refriegas internas y particulares.

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