viernes, 30 de marzo de 2012

Se acabo la luna de miel.

Tarde o temprano eso pasa a todo el mundo. El idilio del gobierno con la gente se ha terminado. Esta semana ha servido para demostrar que solo con la legitimidad es mucho más difícil gobernar. La legitimidad la dan las elecciones y son las únicas que la pueden quitar. El crédito se tiene o no se tiene y si se tiene se pierde en un momento. Es un estado de opinión de la gente que como todos sabemos es voluble.
Rajoy ha perdido ese sentimiento de mucha gente y lo viene perdiendo desde hace tiempo, desde que se vio obligado a tomar medidas que por su contenido no gustan a la gente. no gustan ni a muchos de los que lo votaron porque sus votos son en una proporción importante un castigo al gobierno precedente. Las elecciones autonómicas andaluzas y asturianas fueron un derrame de ese crédito. Andalucía fue una puñalada cuanto más dolorosa que se estaban preparando unos festejos por todo lo alto para tirar, a la basura de la historia treinta años de historia. ¿Como se puede pensar sacar mayoría absoluta cuando se apoya, en el parlamento catalan a un partido que a tratado a los andaluces de vagos, de borrachos y de defraudadores. Asturias es la primera victoria socialista desde el zapaterismo, el primer "sorpaso". Asturias es también un dolor de muelas para el Partido Popular, por la salida a escena de la parte más "chusca" de su propio ser, Cascos.
La huelga general fue otra bofetada en plena cara. La actitud de la ministra de trabajo ha recordado la época de Aznar y sus voceros mediáticos nos recordaron aquellas televisión publica donde Comisiones Obreras era ccoo. Nos ha recordado "El Prestige"  cuando mirábamos la televisión portuguesa para informarnos. Hoy los presupuestos van a ser otra vuelta de tuerca y la explicación del gobierno otra prueba de falta de "talante".

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