domingo, 18 de noviembre de 2012

"Hasta los...."


Los que pretendieron minusvalorar la importancia de la convocatoria de la huelga general, aduciendo que no servia para nada se equivocaron y siguen errando intentando minusvalorar lo ocurrido el 14 N.
Los sindicatos, que se han convertido en pieza de caza mayor para la derecha más reaccionaria, para la "TDT  party" y del nihilismo recurrente instalado en una clase media alta asustada han demostrado tener reflejos y cintura para primero reconocer errores y segundo poner su capital organizativo al servicio de la sociedad civil. Porque si alguien puede estar orgulloso de lo conseguido, el 14M es una vez más la gente, los ciudadanos de a pie que han llenado a rebosar las calles y plazas de España para una vez gritarle al Gobierno del PP que "... estamos hasta los..." de sus políticas neoliberales  e ideológicamente conservadores  en extremo.
El éxito abrumador de las manifestaciones vespertinas quizás venga a confirmar que para ocasiones como la vivida, en un país con cerca de seis millones de parados y centenares de miles de trabajadores en situación muy precaria hay que revisar los métodos  tradicionales de acción. La agresión es de tal envergadura que es la sociedad entera la que hay que hay que movilizar para darle respuesta. El llamado foro social tiene que ser el protagonista de este movimiento. Las organizaciones tradicionales de la izquierda tienen que participar de ese movimiento y tienen que ser aceptadas como lo que son: partidos y sindicatos que pudieron cometer errores y tardar en reaccionar a la crisis, pero que sin su existencia simplemente no tendríamos ni libertad ni democracia ni sociedad civil.
Hay que pedirles cambios tanto internos, mayor democratización de su estructuras; como programáticas más  estado del bienestar, mas libertad, más igualdad y más solidaridad. Pero que nadie espere de nosotros criticas furibundas y caza de brujas como las orquestadas por cierta derecha populista que no se sabe muy bien lo que busca, en el río revuelto de la crisis. Tampoco podemos continuamente negarles la posibilidad de proponer alternativas, recordándoles  sus errores pasados condenándoles a la parálisis. Cuando leo, en las redes sociales que "todos son iguales" siempre me acuerdo de los políticos vascos asesinados o amenazados por la banda terrorista.¿ Como se puede tener la cara de decir que eran iguales que los políticos que apoyaban a los asesinos ?
Personalmente creo que el 14M ha merecido la pena para visualizar el hartazgo que siente nuestra sociedad. Colateralmente también ha servido para poner en el orden del día de las elecciones catalanas los temas económicos y esto puede tener su importancia.

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