sábado, 22 de septiembre de 2012

Independencia.

Andaba yo un poco descolocado por el tenor que estaba cogiendo el tema de Cataluña y por las resistencias que crecían respecto a nuestro modelo de convivencia. Mi preocupación creció cuando el propio Rey baja a la arena y se pone el traje de faena. Me estaba desesperando cuando leo unas declaraciones de Felipe González no sacralizando nuestra Constitución del 78 pero aclarando que si se pretende cambiar hay que hacerlo de acorde a esa misma Constitución. Felipe propone un estado federal,como solución a la independencia que parece reclamar la derecha catalana de CIU. El estado federal puede ser una solución, para reducir por lo menos momentáneamente, las presiones centrifugas de una parte de los catalanes. Con los ejemplos que conocemos sabemos que el federalismo no satisface  a los independentistas. Bélgica es el paradigma de esta situación. Por otro lado la pregunta es: ¿ Es suficiente el federalismo (a secas, sin calificativos) para el resto del arco parlamentario catalán?
Se tome el camino que se tome lo que tenemos que ser es escrupulosos con las formas y con los procedimientos. No podemos dejarnos llevar por las provocaciones, ni de unos ni de otros y sobre todo no romper nada que no se pueda arreglar. Personalmente creo que parte del problema que se ha visualizado, el 11 de septiembre en las calles de Barcelona es una conjunción de varios factores que ha sido habilmente recuperada por Artur Mas para su propio interés político. Esto no significa quitarle un ápice de importancia al tema pero si quitarle todo el dramatismo que podamos. ¿Y la solución? me dirán ustedes. Más Europa mucha más Europa.

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