domingo, 30 de septiembre de 2012

¡Algo pasa!

El 26 de septiembre, comentaba con una amiga en las redes sociales que la situación, en España era la misma o muy parecida a la del 24 de septiembre. Esto venia al cuento por las declaraciones de Cospedal comparando a los convocantes de la manifestación "rodeemos el Congreso" con los guardia civiles que ASALTARON el Congreso el 23 de febrero de 1981.
Con unos días de reflexión creo que estaba equivocado. En cinco días miles de manifestantes se han reunido tres veces en las inmediaciones del Congreso para protestar contra la situación del país. Sigo pensando que el lugar escogido para manifestarse no es el adecuado, creo hay miles de sitios donde concentrarse sin poner en entre dicho la sede de la voluntad popular. Creo que el primer lema de la convocatoria que circulo por la Red ("ocupemos el Congreso") era una barbaridad y una provocación peligrosa que solo podía dar "dar munición" al adversario.No es descartable que fuera ese el objetivo perseguido.
Dicho todo esto creo que los parlamentarios en particular y la clase política en general tiene que darse cuenta que los tiempos están cambiando. Nuestros representantes tienen que ser conscientes que los elegimos para solucionar problemas y no para darnos más preocupaciones. También el Gobierno tiene que tener en cuenta que la gente esta cansada de mentiras y que en nueve meses no han hecho nada más que quebrar la poca confianza que algunos tenían de que fueran capaces de parar los efectos de la crisis. Por fin este Gobierno tiene que saber que en política nada se arregla únicamente con el código penal y con la policía. Las escenas de las cargas policiales tienen muy mala prensa, en este país quizás porque se han usado para avasallar, para acallar las protestas y no para mantener el orden. El Estado tiene el monopolio del uso de la fuerza, pero tiene que saber administrarlo sobre todo respectando los derechos de los ciudadanos y me temo que últimamente no es el caso.
Desde el pasado 11 de septiembre, en este país más o menos sobre cuatro millones de personas se han echado a la calle. ¡Algo pasa!

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