viernes, 1 de junio de 2012

¿Qué hacer?

La situación de crisis económica que estamos viviendo, hace que a menudo me pregunte, citando a Vladimir Ilich Uliánov ¿Qué hacer?. La pregunta sigue estando desgraciadamente, de actualidad. Lo que ya no sirve es la respuesta de Lenin.
Para la gente de izquierdas y más concretamente para gente española de izquierdas, algunos de las perspectivas que se dejan caer como posibles remedios a la crisis no nos pueden valer. Y no nos pueden valer por una razón muy simple, pondrían en entredicho nuestra democracia y más concretamente nuestra vía hacia la democracia. Lo que esta claro es que no podemos permitir que la crisis económica sea una escusa para reducir la calidad democrática de nuestra sociedad.
Intentos como el de discutir el estado de la autonomías es reducir la calidad democrática de nuestro país. Para la izquierda española  la democracia es sinónimo de descentralización y de proximidad de los centros de decisión que afectan a los ciudadanos. "El café para todos" que tanto molesta a los nacionalistas es la manera de mantener la cohesión, entre los diferentes territorios. Sin darle a todos lo que se dio a los nacionalismos históricos esto no hubiera funcionado. Personalmente dudo que se hubiese aceptado por el resto de las regiones. La crisis no puede ser una "ocasión" para volver atrás y las supuestas duplicidades de funciones tienen que corregirse pero no necesariamente quitando funciones al ente territorial descentralizado.
Otra de las ideas que de vez en cuando aparecen es recuperar competencias transferidas a Europa. Volver a la peseta, reducir la función de la Unión o incluso salirse. Esto es hablar por no estar callados, esto es no tener ni idea y confundir a la gente. En España la democracia no se entiende sin la entrada en Europa. Europa y muy especialmente Alemania fue un apoyo, no solo primordial sino imprescindible para la llegada de la democracia a este país. No nos dejemos engañar por los populistas oportunistas que quieren rehacer la historia. Fuera de la Unión  no hay futuro. El retorno al pasado nunca puede ser una opción de progreso.

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