jueves, 26 de enero de 2012

Francisco Camps y el resto.

El jurado popular, del caso Camps y su declaración de "no culpable" al ex-presidente valenciano viene una vez más a conmover el mundo de la justicia española. Los españoles tenemos, desde hace tiempo una relación amor-odio con los tribunales. Amor cuando nos va bien y odio en el caso contrario. Es verdad es que desgraciadamente la justicia aporta poco para intentar mejorar esa relación. Hace años que Pedro Pacheco ya dictamino el sentir popular sobre la administración del tercer poder de El Estado.
En el caso de los trajes, lo más curioso es que de la misma manera que Camps y Costa han sido declarados "no culpables" dos otros señores, Víctor Campos (ex-vicepresidente de la Generalitat) y Rafael Betoret (ex jefe de Gabinete de Turismo) se han confesado su culpabilidad y han sido condenados. El propio abogado de Camps,Javier Boix llego a presentar en el tribunal un escrito de conformidad con las acusaciones en la semana del 11 de julio de 2011 en la que el ex-presidente acabó dimitiendo.
Por otro lado me parece una temeridad echar la culpa al jurado popular. Tampoco se puede afirmar que unos jueces profesionales habrían dado un veredicto diferente. Sobre todo lo que no cabe es poner en duda al jurado popular porque su decisión nos molesta o no cumple nuestras expectativas. También seria sano para todos, que los que están satisfechos con el veredicto moderarán sus declaraciones y peticiones de responsabilidades al ajeno.

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