Distinguir un hilo blanco de un hilo negro.

Esta semana se ha terminado el Rabadán, cada vez esta fiesta musulmana tiene más importancia en nuestro país en general y en Asturias en particular. Esta importancia es la consecuencia directa del incremento de seguidores de esta religión entre nosotros y también de un cambio de percepción, de todos hacia los otros.
Corren malos tiempos para el Islam, muchos tienen la tentación de generalizar y de meter a todos los musulmanes en el mismo saco. De todos modos no podemos pasar por alto que se trata de una de las religiones más influyentes del planeta. Los seguidores de esta religión acaban de terminar uno de los periodos más importantes de su calendario lunar, el Rabadán. Ramadán es ante todo sinónimo de ayuno para los mahometanos pero es también mucho más y sobre todo búsqueda de su dios.
Estos días, hemos podido leer en la prensa informaciones relativas a este evento. En Asturias, por primavera vez la cárcel de Villabona ha adaptado su régimen de comidas a la festividad musulmana. Los reclusos de esta creencia solo han comido una vez al día, siéndoles posible recoger su comida a las siete de la tarde en el comedor y llevársela a la celda para consumirla como dice el Corán, “cuando no puedan distinguir un hilo blanco de un hilo negro”.
En Ceuta por primera ves se han permitido rezos colectivos en espacios públicos. El ejercito ha prestado un helipuerto militar para que esto se pudiera llevar a cabo.