martes, 22 de julio de 2008

Escritos de una tarde de verano


El verano esta siendo, en lo político más intensivo que de costumbre. Me imagino que agosto volverá a traer un poco de sosiego para devolvernos a una situación más de esta estación. En Castrillón un tema bonito es el de los topónimos que siempre se presta a encendidas discusiones de bar entre los tradicionalistas y los partidarios de introducir variables basadas principalmente en el bable. Personalmente el asunto de los topónimos nunca me ilusiono en exceso, solo me molestan las pintadas en los carteles señalizadotes de las carreteras, donde se termina por no saber por donde tirar. De todos modos cabe señalar que no se trata de un tema baladí y sin consecuencias económicas pues el cambio de nombre de un pueblo origina una serie de modificaciones administrativas que cuestan dinero. Por ejemplo se tendrán que cambiar todos los DNI de todos los habitantes de los núcleos que han cambiado de denominación, se tendrán que cambiar en el juzgado los expedientes donde aparezca el citado pueblo, se tendrán que reponer la señalización viaria etc. En el ejemplo de Piedras Blancas me parece acertado el unir las dos palabras como en los casos de Villaviciosa, Vegadeo, Ribadesella y un sinfín de ejemplos más. Por lo tanto Piedrasblancas de un tirón parece ser una buena salida. Con los topónimos tenemos que tener en cuenta también el “factor humano” o si se prefiere la identidad de cada cual. Para no hablar de nadie más me gustaría decir que en lo que respecta a Las Chavolas si bien no me importa que se subsane el error ortográfico siempre y cuando se pueda seguir utilizando el actual nombre y no nos obliguen a usar Las Chabolas. Yo personalmente no quiero ser un chabolero con “b” de burro ni soy un chabolista.

Playas.

Cuando estamos en plena temporada playera, este concejo, que presume de playas esta pasando por bastantes problemas en lo que a conservación y a vigilancia de playas se refiere. La temporada ya se inicio con el pie cambiado y una sustitución polémica del coordinador del servicio de salvamento, ahora por primera vez desde hace muchísimos años se reduzco el número de socorristas dejando playas sin salvamento. El tema es aún más sangrante si tenemos en cuenta que algunas de estas playas son peligrosas como puede ser el caso de Bayas.
En el capitulo de vigilancia de playas hay otro problema, este endémico y que esta a punto de convertirse en eterno. Se trata de la vigilancia de los arenales por la policía municipal. Hablar de esto es como clamar en el desierto. Como ejemplo la fotografía que ilustra este texto donde se ven perfectamente a unos señores llevándose arena de la playa de El Puerto, a las siete y pico de la tarde. Como se puede apreciar no se escondían.
Respecto a la limpieza creo que se podría mejorar bastante, hay sitios donde la maquina no puede acceder y nunca aparece un operario para limpiar esos espacios. Algunas playas tienen cantidad de piedras de cierto tamaño que nadie recoge. Las playas y en general nuestra costa ha servido desde siempre de reclamo turístico a Castrillón, el que en estos años se trabaje, y bien para incrementar esta faceta de nuestra economía no tiene que hacernos dejar de lado el cuidado de nuestra costa y la ampliación y mejora de los servicios que ofertamos a los usuarios de nuestras playas.

La mina de Arnao.

Las medidas de protección especial del conjunto de Arnao empiezan a tener consecuencia sobre el urbanismo de la zona. Esta semana nos hemos enterado que el aparthotel previsto en el edifico del cine no obtenía la autorización necesaria y que los propietarios de la Casona no podían acometer parte del cierre de la finca. El proyecto del conjunto de Arnao es muy importante para el desarrollo de toda zona que va desde Salinas hasta Bayas y por lo tanto se tiene que seguir trabajando para planificar un desarrollo ordenado, desarrollo en el que también tiene cabida el sector privado esforzándose en proyectos de calidad contrastada que aporten excelencia al conjunto y que no solo vengan a aprovechar el tirón del entorno. Discrepo de la alegría de la alcaldesa cuando se anuncio la imposibilidad de edificar el complejo hostelero. Lamento el argumento de “que la expropiación saldría más barata” para el Ayuntamiento al no poder edificar. Es una concepción de lo público y de lo privado que no comparto y da la impresión que el Ayuntamiento va “estafar” al propietario.

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