martes, 15 de enero de 2008

La rula sigue dejando gente en la orilla.

El conflicto de la rula de Avilés sigue dejando gente en la orilla y no solo políticos sino también trabajadores. En las cunetas de este feo tema ya tenemos a dos cargos políticos de designación directa: Manolo Ponga (ex presidente de la autoridad portuario) y Alberto Vizcaíno (ex director general de pesca). En el caso de Manolo Ponga me gustaría aclarar que si alguien ha devuelta la ría a la ciudad de Avilés ese fue Manolo. Recuerdo que cuando le comenté esta circunstancia Manolo sin ninguna importancia me respondió: “Tuve la suerte de haber sido alcalde antes de estar en el puerto.” Quizás sea esa la razón, pero yo creo que no es suficiente este gijonés de nacimiento ha dejado, pese a quien pese su marca en esta villa.
En cuanto al señor Vizcaíno, solo lo conozco por lo que escribe en los papeles y me parece que tiene mucho que contar para que todos entendamos mejor lo que en realidad esta pasando.
Pero en la cuneta también están trabajadores de la rula alguno por despido improcedente y otros en regulación de empleo como poco para seis meses después ya se vera. Es curioso que los mismos que utilizaron el argumento, del mantenimiento de los puestos de trabajo ahora presenten las medidas laborales tomadas como la única posibilidad de mantener el barco a flote.
Tendrían que explicarnos este hecho sin aludir a frases hechas “como que se les garantizan todos sus derechos” como si esto fuera una republica bananera o un cortijo donde graciosamente a los trabajadores se les da algo.
Leyendo los artículos publicados en la Nueva España, por Alberto Vizcaíno y por Servando García (ex consejera de Medio rural y Pesca) me da la impresión que, intencionadamente se nos oculto una parte esencial de este asunto no aclarando lo que se pretendía mejorar en la gestión de la rula, dificultando el camino de la cofradía. Las insinuaciones que se vierten en estos dos artículos son lo suficientemente transcendentes como para que se deje de jugar con la gente y se pongan todas las cartas sobre la mesa. No se puede tirar la piedra y guardar la mano el sector de la pesca es para nuestra ciudad algo demasiado importante y la nueva rula supone una inversión demasiado importante como para dejar en el aire la más mínima duda.

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