martes, 29 de enero de 2008

A buenas horas mangas verdes


Una vez más ayer hemos tenido la ocasión de oír, a gente pedir que un político se disculpe o pida pendón. Incluso las autoridades israelíes pidieron disculpas por haber prohibido un concierto de los Beatles, en Tel Aviv aya por el año 1965. También ayer después de el archivo por parte de la Audiencia Provincial de Madrid de la denuncia por mala praxis medica planteada por el gobierno popular de Madrid contra los responsables del servicio de urgencias del Severo Ochoa, el ministro de Sanidad ha pedido a los responsables políticos de esa comunidad que se disculparán públicamente.
En ambos casos como en otros muchos que hemos vivido últimamente a mi solo me parece una cursilería y pagar un escaso precio político por actos que tuvieron en su día una trascendencia importante y en muchos de los casos consecuencias irreparables para mucha gente. Ya se que el perdón es un concepto que muchas religiones predican como parte de la reparación. En el caso de Madrid se ha tratado ni más ni menos que de una caza de brujas orientada a desacreditar la sanidad pública y el modelo de estado que la mayoría de los españolitos de a pie nos hemos dado. El único final que se puede aceptar es el que determinen los tribunales de justicia que tendrán que entender de las denuncias colectivas e individuales que van a plantear los afectados. Lo demás es gana de marear la perdiz y sobre todo de minimizar un hecho demasiado grave.

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