Piratas.

Los pescadores vascos que faenan en las inmediaciones de las costas somalíes piden que el estado los proteja de los piratas con la presencia de infantes de marina en los barcos, como hace Francia. Según parece la ley española no permite que militares protejan propiedades privadas. En el congreso de los diputados la ministra de defensa ha planteado a los empresarios pesqueros que recurrieran a la protección privada. Aún sabiendo que Francia tiene una base militar en la zona, lo que facilita su actuación, creo que seguimos teniendo complejos cuando tenemos que hablar de las fuerzas armadas.
Lo de la propiedad privada es una escusa para no meter soldados en los barcos de pesca que faenan en el Índico, quizás el coste económico sea demasiado elevado o quizás el precio político sea aún una incógnita, en este momento. De todos modos un representante gubernamental no puede proponer como solución el recurrir a las compañías de seguridad privada. La cuestión es ante todo económica, pues incluso las sociedades privadas de seguridad no parecen estar muy entusiasmadas por este nuevo mercado que se les presenta, de hecho solo parece haber una compañía dispuesta a asumir el reto.