miércoles, 12 de agosto de 2009

La ropa sucia.


Una vez más nuestra vida política nacional esta metida en trifulcas barrio bajeras alimentadas por declaraciones subidas de tono y poco reflexionadas. Una vez más la vuelta al colé de sus señorías deja preveer crispación y malas maneras. Los populares se defienden como pueden del manto de la sospecha de corrupción que pesa sobre ellos y se defienden con toda la artillería disponible, sin preocuparse del daño que pueden causar a las instituciones. Se equivocan, el enemigo no es ni Rubalcaba, ni la vicepresidenta, ni los jueces ni si quiera la policía que según ellos escucha sus llamadas telefónicas. El enemigo esta en las propias filas populares es su “garganta profunda” el que indica por donde buscar la ropa sucia.

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