domingo, 8 de febrero de 2009

Tenerife




Uno de los lugares, de este país donde no me importaría vivir es la isla de Tenerife y a ser posible en el norte. Mi relación con la isla data del 81 cuando he tenido que cumplir con la mili en el regimiento Tenerife 49, lo único bueno que recuerdo de ese primer contacto es la gente. Tardé 23 años en volver y fue el flechazo, la gente sigue siendo encantadora y la isla tiene muchísimos encantos. Sin lugar a duda El Teide es lo más majestuoso que uno se puede echar a la cara. Es una de las ocasiones donde los seres humanos tenemos esa extraña sensación de ser insignificantes.
La Laguna, ciudad patrimonio de la humanidad es otra de las joyas de este rincón canario. La Laguna esta llena de sorpresas arquitectónicas, pero sin lugar a duda la mayor sorpresa que nos llevamos “los peninsulares” es el microclima bastante diferente al del resto de la isla. Pero para mi lo más bonito, de esta isla afortunada sigue siendo sus gentes y sobre todo su forma de ver la vida.
Canarias tiene una gastronomía variada y muy buena y no digamos nada de los vinos blancos y de los quesos de cabra. Si alguna vez les dicen que me ha tocado la primitiva, ya saben donde buscarme.

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