
Una vez más, la Concejal de Cultura del Ayuntamiento de de Castrillón da que hablar. Esta vez por una factura de 117,33 euros, por 17 rosas, compradas a una empresa gestionada por un hijo suyo y que tiene como asesor técnico a su marido. No se a cuanto están las rosas pero estas salen a casi 7 euros. Por otro lado según “La Nueva España” “el gobierno tiene constancia de más facturas a favor de la misma empresa. Algunas ya han sido pagadas pues corresponden al ejercicio económico del año pasado”.
Lo primero que podemos apuntar es que a la concejal le falta sentido de lo que es un cargo público y también un poco de sentido común. En segundo lugar decir que si se han abonado algunas facturas no existe ninguna ilegalidad, pues haberla habido los funcionarios de carrera hubieran advertido y las facturas no se habrían pagado. Tercero el no ser legal no significa que sea ético que no lo es, es más bien feo por no emplear otros términos más duros.
Una vez dicho lo cual me pregunto: ¿Quién filtro a “La Nueva España” la orden de pago? ¿Por qué ahora y no en “el ejercicio económico del año anterior”? Si el gobierno municipal es sabedor de esta practica ¿Por qué nadie del grupo socialista no le ha dicho a Paula de Diego que esas cosas no se hacían? ¿Conocía el grupo socialista estas facturas?
De Diego habla de “acoso y persecución” aún teniendo parte de razón ellas les pone las cosas faciles a los que pretenden que deje el Ayuntamiento.
1 comentario:
""Lo primero que podemos apuntar es que a la concejal le falta sentido de lo que es un cargo público y también un poco de sentido común.""
Ni más ni menos Manolo, no busquemos otras cosas, esto es lo único que hay...¡¡¡Y no es poco!!!
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