
Existen temas que no es bueno sacar en precampaña ni en campaña electoral y sobre todo existen temas que hay que sacar cuando están suficientemente estudiados y se pueden explicitar y no dejar dudas sobre lo que se pretende. De no ser así se puede hablar sin miedo a equivocarse de populismo barato y de falta de rigor.
La declaración de Rajoy respecto a la inmigración padecen de una falta de rigor y denotan una falta de sensibilidad asombrosa, en cuanto a las declaraciones de otros responsables populares como el señor Arias Cañete mejor no calificarlas.
La idea del contrato entre el inmigrante y el Estado no es nueva pues el prolífico Sarkozy ya lo experimento, cuando era ministro del interior y se le subieron a las barbas los barrios periféricos de las grandes ciudades. El resultado, según los especialistas franceses cero. Por otro lado no entiendo para que hace falta poner en un contrato que se debe cumplir la ley o que hay que pagar los impuestos entre otras lindezas. Que yo sepa todos nosotros y los que vienen de fuera tenemos esa obligación y no veo la necesidad de volver a firmar un papel. Lo que ya es más interesante es el tema de respectar las costumbres de nuestro país. Esta claro que no se trata de la tortilla de patata, ni de los toros ni el jamón ibérico. Hablando de jamón el mejor bocadillo de jamón que me he comido en mi vida me lo sirvió, en Barcelona un camarero paquistaní quien me digo en un Español perfecto:” que le aproveche, desgraciadamente yo no puedo probarlo.” Se trata de otra cosas y muy especialmente del velo, porque lo de la ablación y la bigamia ya esta prohibido por ley y por lo tanto no hace falta repetirlo. Aunque hablar del velo islámico es, según mi criterio una reducción interesada del tema. Es una vez más estigmatizar al otro al diferente. De todos modos me parece que este debate y en general el tema de la inmigración merece una discusión sosegada y fuera de la vorágine de una campaña electoral.
La declaración de Rajoy respecto a la inmigración padecen de una falta de rigor y denotan una falta de sensibilidad asombrosa, en cuanto a las declaraciones de otros responsables populares como el señor Arias Cañete mejor no calificarlas.
La idea del contrato entre el inmigrante y el Estado no es nueva pues el prolífico Sarkozy ya lo experimento, cuando era ministro del interior y se le subieron a las barbas los barrios periféricos de las grandes ciudades. El resultado, según los especialistas franceses cero. Por otro lado no entiendo para que hace falta poner en un contrato que se debe cumplir la ley o que hay que pagar los impuestos entre otras lindezas. Que yo sepa todos nosotros y los que vienen de fuera tenemos esa obligación y no veo la necesidad de volver a firmar un papel. Lo que ya es más interesante es el tema de respectar las costumbres de nuestro país. Esta claro que no se trata de la tortilla de patata, ni de los toros ni el jamón ibérico. Hablando de jamón el mejor bocadillo de jamón que me he comido en mi vida me lo sirvió, en Barcelona un camarero paquistaní quien me digo en un Español perfecto:” que le aproveche, desgraciadamente yo no puedo probarlo.” Se trata de otra cosas y muy especialmente del velo, porque lo de la ablación y la bigamia ya esta prohibido por ley y por lo tanto no hace falta repetirlo. Aunque hablar del velo islámico es, según mi criterio una reducción interesada del tema. Es una vez más estigmatizar al otro al diferente. De todos modos me parece que este debate y en general el tema de la inmigración merece una discusión sosegada y fuera de la vorágine de una campaña electoral.
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